El Padre Fray Rafael Cantueso me dio religión pero con él no fue nunca “una de las marías”, él supo darle un sentido profundo a sus explicaciones y nos trasladaba un interés enorme por profundizar en las fuentes de todo el conocimiento cristiano: La Biblia.

Él iba siempre con su hábito y recuerdo como un 28 de enero, Santo Tomás de Aquino, me dejó su capa negra dominica y estuve con mis amigos chuleando por toda la Laboral, envuelto en la capa y a él le daba alegría que lo quisiéramos tanto… Él coleccionaba estampitas y postales de las Vírgenes de toda España y en aquellos años estaba estudiando mi hermano José Luís en la Universidad Laboral de Tarragona y me hizo el encargo de que, mi hermano, le consiguiera una postal de la Patrona de Tarragona, cosa que lógicamente yo realicé.
Siento no poder ir a su entierro pero mi madre, otra santa, necesita de mis cuidados, sobre todo después de la desgraciada muerte de mi hermano Ramón que también conoció al Padre Cantueso y sabía de su devoción por el Arcángel San Rafael.
Mi agradecimiento a Rafael Cantueso, un cordobés tan “apañao” y saleroso y tan profundamente humano y que al morir como dominico, sin duda se encontrará con su madre en la eternidad.
Juan Iáñez Peña, su alumno.
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